Hooooolaa! Muchos nos conocen como las hermanitas Nieto, pero aquí les queremos contar más de cada una de nosotras. Así que empezaré yo, Adriana, a contarles quién soy, aparte de la "hermanita menor".
Aunque desde pequeñas estuvimos involucradas en varios deportes, no crecimos con los hábitos más saludables: teníamos un papá glotón y una mamá super dulcera. Pero en realidad se volvieron muuuy malos hábitos cuando mi papá falleció. Como a muchas les ha pasado, nos refugiamos en la comida y más cuando viajamos a Estados Unidos unos meses después! Mi fantasía hecha realidad, chocolatinas y heladooos por todos lados.
De aquí llegamos con los primeros kilitos de más! Y una adicción por el dulce. Este ha sido mi punto débil toda la vida, podría desayunar, almorzar y cenar dulce. Debí haber nacido en Francia y desayunar sin remordimientos croissants de chocolate!
Remordimiento al comer??? Sí! Lastimosamente estamos en una sociedad que nos condena por comer sin culpa, por tener sobrepeso, porque sí y porque no. Y nos creemos el cuento que tenemos que cambiar nuestro cuerpo para "encajar" en la sociedad. Porque la gente es feliz opinando sobre nuestros cuerpos, con comentarios que nadie les pidió y sin saber el daño que pueden generar. Pero el mayor saboteador lo tienes frente al espejo, cuando te miras y tú misma te das más duro que cualquiera.
Intentando cambiar esto, pedí cita con una nutrióloga y salí más aburrida de lo que estaba. No hay nada peor que llegar donde un médico que con su mirada y su forma de hablar, te haga sentir mal contigo misma. Y que la única solución que te ofrezca, sea aplicarse unas inyecciones mágicas y no te hable sobre cómo cambiar tus hábitos de alimentación.
Por eso, cuando mi hermana se apasionó con el tema de la medicina del estilo de vida, empecé a aprender con ella, que lo que debemos cambiar es nuestra relación con los alimentos, entendiendo qué nos aporta cada uno, pero nunca verlos como prohibidos o como algo malo. Así he mejorado mucho mi alimentación, disfrutando más las ensaladas y muchas opciones más saludables en semana... y que no me falte mi helado y mis cervezas el fin de semana!
Hoy soy mucho más activa que lo que he sido en toda mi vida. Corro para despejar mi mente, pero aprendí a hacerlo a mi ritmo, sin estresarme por seguirle el paso a la hermana mayor. Voy al gimnasio y busco opciones divertidas los fines de semana: senderismo, jugar basket, jugar tenis! Para mi, ese es el secreto, buscar algo que te guste y disfrutarlo, que no te genere ningún estrés el ejercicio/deporte que decidas practicar. Y lo más importante, trabajar en el amor propio, aprende a querer tu cuerpo, independientemente de dónde estés ahora. Solo agradece todo lo que te permite hacer ese cuerpo.
Además, gracias a la cuarentena, volvimos la meditación y la gratitud nuestro estilo de vida. Y es increíble los cambios que esta práctica nos ha traído. Creo que me habría encantado empezar a hacerlo antes y no sentir que era algo de otro mundo.
Te invito a conocer más de la medicina del estilo de vida, a abrazar el proceso y amarlo para llegar a donde quieres estar, pero no te hablo físicamente, NO, sino de todos los aspectos de tu vida: emocional, mental, espiritual y físico.
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